Por Francisco Zamudio  

Fotografías: Cortesía El Clan

(Primera parte)

El próximo sábado 11 de abril, la banda icónica del rock oscuro mexicano, El Clan, presentará en vivo su más reciente álbum de canciones inéditas, titulado Caronte. Con este motivo, sostuvimos una larguísima charla con Gustavo Pérez, “El Castor”, su vocalista original, quien desde hace poco más de dos años, volvió a liderar el micrófono del grupo, a casi 2 décadas de la salida del Sin Sentir, uno de los discos más representativos de la escena gótica nacional y de su propia partida hacia Estados Unidos, donde, de acuerdo a la plática, fue a encontrarse a él mismo, como nos cuenta en las siguientes páginas.

Txart: ¿Qué te motivó a dejar México a finales de los noventa?

Gustavo “El Castor” Pérez: Más que motivación, fue una reacción, un empuje. En mi vida personal surgieron muchas cosas, que me impulsaron a tener que abandonar todo, inclusive la música, mi familia, para emigrar a un nuevo mundo a buscar encontrarme y ubicar todas esas cosas que tenía en la cabeza. Esa fue la razón por la que me fui.

En este tiempo que estuviste desconectado, ¿seguiste la carrera de El Clan desde allá, te llegaban noticias?

No, yo me desconecté alrededor de 11 años, sin saber absolutamente nada de El Clan o de nadie de la escena en México, ni de la escena en ningún lado. Me fui lejos para alejarme de todo. Años después fue que a través del Internet, me enteré de El Clan existía aún y que incluso habían grabado más discos y que habían tenido más presentaciones por todos lados.

¿Qué hiciste a tu llegada a Estados Unidos, alejado de la música?

Yo me fui a Estados Unidos con una mochila nada más, sin dinero y sin nada absolutamente. Prácticamente a empezar de nuevo. Estuve trabajando desde lo más simple, en un restaurante lavando platos y limpiando los excusados y todo eso. Ahí estuve un rato y después me moví a mesero y de ahí a bartender. Es un trabajo ‘muy matado’ pero se aprende mucho de la vida y de ti mismo.

También estuve trabajando en la construcción, de carpintero. En Estados Unidos le llaman construcción a la carpintería, a la plomería, al concreto, todo va en uno. También es algo ‘muy matado’ pero al final haces una comunión ‘muy choncha’ con tu físico y te das cuenta de lo que mucha gente hace para ganar plata. ‘Está cañón’ pero también es muy bonito porque es crear cosas, de cierta forma es algo artístico.

Esos fueron como mis inicios. Después la vida va circulando porque uno no se detiene y entré a trabajar en una empresa muy interesante que se llama Hot Topic, que es una cadena de tiendas, un monopolio en todo Estados Unidos que está dedicado nada más a la música, a productos como ropa, accesorios, discos, eventos, todo en uno.

Ahí entré a trabajar y olvídate, me encontré ‘con la crema y nata, mi mero mole’. Estuve 10 años y conocí a mucha gente. Fue ahí donde abrí los ojos y me dije “Ahora sí, ya es tiempo de regresar a la música”. Ya mi mente estaba bien organizada, se taparon todas las válvulas donde se estaban fugando cosas, ya estaba bien…

Yo no tengo ningún inconveniente ni rencor a reconocer que en el pasado, en los inicios de El Clan, vivía una vida muy acelerada, muchos abusos al cuerpo, una locura, con un Jim Morrison dentro de ti. Estaba muy enfermo, pero al pasar todos estos años y conocer una nueva cultura, aprender inglés y todo este rollo, llegas a un punto donde puedes decir: “Voy a regresar a la música”, ya estoy sano.

Allá me dediqué mucho también a practicar las artes marciales para hacer comunión con mi cuerpo, con mi físico. Y eso también me dio un ‘levantón’ increíble. Yo me siento mejor ahora que cuando estaba de 25 años. Me ayudó mucho la meditación y el ejercicio, eso te ayuda y es un aprendizaje que adquirí casi sin saberlo, porque yo me fui sin agenda, nadie me dijo “vente para acá, yo te ayudo, te consigo trabajo”, no, fui a ver qué onda, porque así lo sentí. Yo siempre he sido así, siempre me he dejado llevar por esa voz que me dice “Por ahí va, por ahí no va”, y así.

¿Esta legislación que impulsó Barack Obama te va a alcanzar a ti, te interesa de pronto obtener una ciudadanía estadounidense?

En realidad, es cuestión de opiniones, porque yo soy ya residente permanente en Estados Unidos, no soy ciudadano y, la única diferencia que hay entre ser ciudadano y no, es que renuncias a tu nacionalidad y tienes derecho de votar, es todo.

Yo la verdad no le veo el caso, porque yo mexicano siempre seré, aunque ya se me traben algunas palabras en español o me pierda cada que voy a algún lugar. Sí, conoces la cultura americana y creces ahí y te encanta y dices “Yo soy americano” porque te acostumbras a eso, pero no hay necesidad de renunciar a tu nacionalidad si ya puedes residir legalmente.

Sí he aprendido mucho de la cultura americana y de cómo se hacen las cosas allá. México es un país maravilloso, la gente es maravillosa pero necesita crecer en su mentalidad, más que nada. Nos quejamos mucho del gobierno y la corrupción, pero creo que todo está en la mentalidad de uno, en cómo desarrolles las cosas, en cómo ponerte reglas a ti mismo que vas a cumplir. Antes de quedar bien con alguien debes quedar bien contigo mismo.

Yo aprendí todo eso en Estados Unidos y es maravilloso. Pero también está Europa y el mundo, no sólo Estados Unidos, yo soy ciudadano del mundo, prácticamente.

¿Proyectos como Alaydha o Two Old Vamps, te impulsaron para volver a cantar?

Sí, precisamente con Two Old Vamps fue mi regreso a la música. Decidí hacer un proyecto totalmente diferente a lo que había hecho con El Clan. Lo hice con un gran amigo que se llama Héctor Pintado que reside en San Diego. También es mexicano y había trabajado con él hace “miles de años”, antes de El Clan.

Como vive también por allá, nos comunicamos y creamos Two Old Vamps con la idea de regresar a la música, aunque mi expectativa sólo era hacer todo allá y presentar todo mi material en Estados Unidos y en Europa; no tenía pensado regresar a México, pero mi amigo Rodrigo Allende, el baterista de Alaydha, me contactó en una ocasión y me invitó a participar en su propuesta.

Me envió unos temas y me pareció todo muy interesante, me gustó mucho la propuesta de Alaydha y por eso acepté regresar a México. Grabé un EP con Alaydha, tuvimos varias presentaciones muy importantes con bandas extranjeras y empezó a fluir todo, como ajustándose.

Recuerdo una tocada de Christian Death en el Centro Histórico con Alaydha abriendo el show. ¿En qué época o en qué año recibiste la invitación de Jaime Chávez, para liderar nuevamente a El Clan en la voz?

Esto surgió allá por el 2011 y más bien yo fui quien contactó a Jaime, al saber que El Clan todavía estaba vivo, que Jaime había seguido en pie todos estos años. Yo tenía esa inquietud de que a mi partida había abandonado todo y le debía algo a los fans, ya que grabamos el Sin Sentir y despareció Gustavo.

Entonces yo le propuse a Jaime grabar un disco acústico del Sin Sentir. Curiosamente Jaime estaba pensando en un proyecto similar, pero él fue quien me propuso: “En vez de acústico, vamos a hacerlo todo eléctrico, tal y como era el Sin Sentir”.

Y de ahí empezamos a maquinar todo este regreso, bueno, no regreso, sino este homenaje al Sin Sentir. Yo no dije entonces que estaba regresando a El Clan, ya que ellos estaban trabando con otra alineación y no era esa la idea, sino sólo era un homenaje a ese disco en el 2011.

No se publicó nada en los medios ni le dijimos nada a la gente porque sí queríamos trabajarlo muy bien, pensarlo mucho. Desde entonces estuvimos en comunicación preparando todo.

Ahora, después de un disco en vivo, un DVD y la notable aceptación que has tenido por parte del público a tu regreso, todo parece indicar que, aún con la distancia, tu estancia en El Clan va para largo…

Sí. Yo sigo radicando en Estados Unidos (en San Francisco, California N. de la R.) y después de hacer todas esas grabaciones, pues ya me quedé permanentemente en El Clan. Todo se acomodó muy extraño (sic), Ricardo Lassala (el anterior cantante de El Clan) tuvo que emigrar a Canadá… Él no renunció a El Clan ni nada, fue la vida y algo muy loco.

Entonces yo me quedé y le pregunté a Jaime: “¿Y cómo vamos a manejar esto”? Pues con muchas ganas, con mucha iniciativa y con la bendita tecnología hemos hecho muchas cosas y así es como hemos estado trabajando desde ese día hasta hoy; yo residiendo allá, ellos aquí, yo haciendo visitas a México a hacer cosas y luego de regreso.

No hay obstáculos, la distancia no existe, sólo en la mente de uno. Uno puede pensar que está muy lejos cuando no lo está. Así hemos trabajado y hemos crecido como músicos y como personas, porque se ha vuelto casi-casi como un matrimonio: Te casas con alguien y por cuestiones de la vida, el marido tiene que irse a trabajar lejos y tienes que esperar. Es muy loco, la mente se confunde, tienes sentimientos encontrados y entonces hay que estar bien firme y bien seguro de lo que uno está haciendo. (Continuará)

El Clan presenta Caronte

Sábado 11 de abril

Bajo el puente del Circuito Interior esq. Juan Escutia

Colonia Condesa

Bandas invitadas: Hueco y Eurídice

21:00 horas