SAÚL HERNÁNDEZ: ENTRE LA LIBERTAD ARTÍSTICA Y LA LIBERTAD DE PRENSA
Por Francisco Zamudio
Fotografías: Cortesía EMI Music México y Casete
Tras 26 años de estar unido, con todos sus derechos y obligaciones, a un contrato de grabación multinacional; Saúl Hernández resolvió para sus nuevos discos en solitario: Mortal y La Memoria De Los Sentidos: Canciones y Caminos (el primero cincelado en el estudio de grabación y el segundo en vivo) independizarse totalmente y liderar por completo el ciclo de producción y edición de los mismos. Con esa premisa, nos reunimos con el también cantante de Caifanes* y Jaguares, para charlar acerca de un concepto muy amplio llamado Libertad: La libertad artística que él consiguió con este lanzamiento doble, así como la Libertad de Prensa por la cual el creador de «La célula que explota» lucha en estos días, aunque desde una posición cercana, como cualquier periodista del mundo puede leer entre líneas, al doble discurso… Tal y como podrán leer a continuación.
Desde 1988, aproximadamente, has estado ligado a un contrato discográfico lo mismo en Caifanes, en Jaguares y en tu primer álbum solista, Remando. ¿Por qué decidiste grabar y lanzar Mortal desde una perspectiva independiente?
Regresar a lo básico en todos sentidos. Y por una necesidad de libertad de movimiento.
Siendo un músico tan querido, con muy buenas ventas de discos, ¿qué sentías que ya no estabas obteniendo en las filas multinacionales?, Por ejemplo ¿tuvo algo que ver que la disquera Universal Music-EMI, que era la primera opción para lanzar estos discos, se haya tardado cuatro meses en contestarte?
No. Yo ya había armado mi camino. Ya estaba muy estructurado lo que estaba haciendo.
¿Qué significa para ti la libertad?
Es una palabra difícil de responder, porque creo que todavía estamos atados a muchas cosas. Creo que eso no tiene que ver con lo que vives, sino tiene que ver con quien eres.
Creo que uno se da la posibilidad de ser libre o sentirse libre o no, porque buscas la manera de desplazarte.
Aunque en realidad, para ser completamente libre, tienes que dejarlo todo, hasta tu familia. Si entendemos el concepto de libertad, es algo muy difícil porque tienes que desprenderte totalmente de todo para poder ser libre.
¿La independencia será una constante de aquí en adelante en tu carrera discográfica?
Creo… Y me atrevo a meter en esta pregunta a mis compañeros del grupo ¿no? Creo que siempre nos hemos sentido con esa flexibilidad de movimiento. Finalmente ninguna compañía llegó a detener ni el flujo creativo ni los tiempos. Que hubo broncas, que hubo malos entendidos, que hubo falta de comunicación, pues es normal. Pero nunca se impuso nada.
Ahora es diferente porque ahora eres quizás más consciente de tus movimientos y probablemente quieres moverte de otra manera. Y esta, digamos, conciencia o el acercarte a la palabra libertad, te ayuda mucho a empezar a rehacer tu territorio, a reacomodar todas las piezas, a reconstruirte internamente de otra manera. Lo cual me parece fantástico, porque gracias a esa mentalidad es que pude haber hecho esta trilogía de Remando, La Memoria de los Sentidos/Canciones y Caminos y Mortal.
Lo que pude escuchar de Mortal, me deja la sensación de que es un trabajo más luminoso que Remando. ¿Es correcta mi apreciación?
¡Claro! Es la conclusión de Remando. Remando es muy de adentro, es un disco muy personal; es mi primer paso a un territorio que yo no conocía. Y me pareció que la única manera de entrar honestamente, era entrar primero conmigo y no al territorio. ¿Me entiendes?
Remando es ese rincón… Mortal es para afuera, viene de tres años cocinándose, ya hubo una historia en vivo con Marco Rentería, con Gustavo Nandayapa, con Bernardo Ron y eso hace que el momento creativo para escribir Mortal, se vaya hacia una palabra que se llama “Esperanza”.
Pienso que en la introducción de “Me buscaré” y en algunos pasajes de la canción, hay un influencia floydiana abriéndose paso entre las notas, ¿fue así o está sujeta a otro tipo de timbres, de tonos?
Es la búsqueda. Trato de encontrar otras maneras de expresión siempre, ¿no? Eso sí es una constante, no importa con quién estés o qué quieras hacer, la intención de ofrecer o de ofrecerte a ti mismo también la frescura de la creación, es algo muy hermoso desde mi punto de vista. Y desde que estoy trabajando con Los Imposibles, esa fue la intención inicial, dialogar con músicos que no fueran músicos de rock and roll, sino que estuvieran ellos en otra situación y poder conocer otro idioma, musicalmente hablando… Y descubrir esto que estás comentando.
Fue bien interesante salirme como de “mi lugar controlado” y entrar a uno que no conozco, con músicos que también los saqué de sus espacios y los cuatro entramos al desierto… Y juntos hemos trabajado en ese concepto sónico. Falta mucho por trabajar, creo que este disco también me dejó muy claro que mientras más buscas, más te das cuenta que vas a encontrar algo, ¿no?
Creo que esta dimensión musical me abrió todavía más cosas en mi cabeza y estoy en una etapa de ilusión, estoy en una etapa de asombro y estoy en una etapa de una tranquilidad interna porque ahora puedo sentarme, observar todo lo que está pasando y ver perfectamente hacia donde ya quiero ir; donde el tiempo se vuelve un aliado y donde la música ya está junto a mí como una consejera.
Ahora que lo mencionas, la perspectiva que tengo de este par de discos, es que en el disco en estudio, absorbiste a Los Imposibles y lo convertiste en rock and roll, mientras que en el disco en vivo, sí te sueltas al vacío y experimentas con otras tonalidades.
Sí. Entro con una guitarra acústica… Así empieza esa parte, todo el disco digamos. Y va viajando, va viajando por diferentes territorios, está Pasatono que es un grupo oaxaqueño que se me hace espectacular e interactuamos en esta presentación de la música.
Hay un pasaje con una filarmónica, luego está La Sonora Santanera, que son cosas muy diferentes… y en medio están Los Imposibles; estamos haciendo el sonido del cual venimos. Por eso, la conclusión de Mortal es como es: Es para afuera, es como cerrar toda esa experiencia que llevamos de tres años tocando, de experimentar en los escenarios, de reencontrarme con las canciones, de hacerlas otra vez otras canciones.
Fue un periodo importante para drenar una parte de mi cabeza y poder concluir con un nuevo disco que es Mortal.
En “Me buscaré” así como en 1990 en “El negro cósmico” invocas la palabra “sobredosis”, ¿en qué contexto aparece ahora?
Pues una sobredosis de placer (risas). En “El negro” era una sobredosis de… ¿químicos? (más risas). Aunque finalmente están conectados, ¿no? Placer y química no son enemigos.
¿Pudiera ser que “Me buscaré”, sea una canción escrita para tu misma tercera persona?, ¿podrían hilarse aquí las expresiones “Me buscaré” y “En los misterios de la cruz” y oírlas como una declaración de principios?
Sí. Totalmente, todo tiene que ver conmigo. No puedo inventar algo que no conozco y sí, definitivamente hay conexiones muy internas todo el tiempo en las letras.
“Fuerte” pareciera tener un destinatario desde el momento en que cantas “Podrás quemar toda mi historia…” ¿Si está dedicada a alguien en especial? O quizá a algo…
Sí, a este talento de supervivencia. Estuvo muy presente México también en esa canción, cuando la estaba escribiendo. Entonces, era aterrizar esas imágenes, aterrizar esa emoción y empecé a escribir “Fuerte”. Y me siento muy fuerte y quiero que se extienda este sentimiento, para fortalecer lo que finalmente ha demostrado el pueblo mexicano, que es aguantar mucho.
A veces yo diría que demasiado…
Sí, demasiado.
Entonces, en este contexto, México es…
Un hilo conductor, sí.
Pero, ¿cómo algo que te succionó?
¡Claro! Podrás negar mi nacimiento, inclusive, dice una parte de la letra, pero jamás tentarás mi corazón… Y veo como hay una fibra interna muy visceral en México que no se detiene: La gente sale adelante aún con miedo, con dolor, con inseguridad… Veo a los jóvenes que no están dormidos, absolutamente no – los – veo – dormidos. Veo una urgencia de comprensión de una situación actual, que eso es muy diferente…
Y ahí está. Podrá haber una dictadura disfrazada como diría Vargas Llosa, pero esa dictadura jamás va a tocar el corazón de la gente.
En “Contigo” tu hija Zoey aparece con su voz de bebé… Para “Píntame” ya te acompaña en los coros y en este disco canta una canción completa, “Entre tú y yo”. ¿Le estás dando de manera oficial, y como dicen en el lenguaje taurino, la alternativa como cantante?
No lo pensamos así. Y te voy a platicar cómo fue: Estaba tocando, trabajando la canción y se me acercó y me dijo: “Oye papá, eso suena diferente a lo que acostumbras hacer y está muy bonito. Y yo la tocaba y la escuchaba, la tocaba y la escuchaba y le dije: “Cántala tú, ¿qué te parece?” Yo hago mi versión con Los Imposibles… vienen dos versiones…
Hay una versión eléctrica, ¿no?
Sí. Y le dije: “Quiero que tú abordes la canción”. Y ahí está y le agradezco además que haya tenido el valor de aceptar y que hayamos hecho esto juntos.
¿La visualizas en un futuro como una cantante profesional?
No lo sé, le gusta mucho cantar, toma clases, es muy estricta con sus clases, ha participado en musicales y sí le gusta. Pero vamos a ver, el tiempo también muestra caminos y decisiones. Julia (su esposa, N. de la R.) y yo lo que queremos es que sean felices y para eso hay que dejarlos libres y que empiecen a descubrir su camino. Al día de hoy, al momento de esta entrevista, sí le gusta mucho cantar.
¿Por qué regrabar para este disco “Kalimán”, una canción aparecida como bonus track en 45 de Jaguares?
Porque me quedé con “la espinita atorada”. Y porque cuando la montamos con Los Imposibles, ¡hijo! Kalimán apareció (risas). Y cuando estaba haciendo la selección de los temas, dije “la quiero grabar”, punto. Pienso que finalmente, todos somos Kalimán en este país.
En tu página web oficial, hay unas líneas que dicen: “El silencio y la represión son nuestros peores enemigos, la libertad de prensa nuestra fuerza de combate. Porque los reporteros recuperen su libertad, que al final es la libertad de todos”. Son unas palabras muy hermosas…
Muchas gracias…
Pero que se estrellan contra la pared, cuando en el pasado tú y tu equipo han coartado esa libertad de prensa que ahora defiendes. 2 ejemplos rápidos: En 1997 expulsaron de fea manera a la periodista del periódico La Jornada, Patricia Peñaloza de un concierto de Jaguares y en 2011, se le negó la entrada a la conferencia de prensa de Caifanes, al periodista Salvador Ruiz Ibarra, Chavarock. Aquí y en cualquier parte del mundo, cualquier periodista puede leer un doble discurso… ¿qué puedes decir al respecto?
Mira, a mí no me importa si de repente lo tomas como un doble discurso. Hay muchas cosas que van pasando en el camino que se muestran con una sola visión, realmente pocos investigan la profundidad de los actos. Y la segunda, yo me quedo con la libertad que tienen todos ustedes y me baso sobre todo en los asesinatos, no me baso en los chismes, ni me baso en una manipulación de lo que de alguna manera un reportero puede resguardarse en su pluma.
En ese momento, cuando escribo esas palabras, veo algo muy fuerte, que va más allá de todo. Espero que entiendas que el asesinato de un reportero no tiene nada que ver ni con el 97 ni con el 85 ni con nada. Es una agresión y una falta de seguridad en todo lo que es el trabajo de un reportero, sobrepasa muchas cosas.
Si de chiquito le picaste el ojo a alguien, son cosas que pasan y creo que, además, Chava Rock está aquí, al rato lo vas a ver. Creo que finalmente, lo importante de todo esto es la reconstrucción de lo que finalmente vamos a hacer como sociedad, como país, como individuos, tú como reportero yo como músico y nada más.
Yo no relaciono tu comentario con el pasado, porque lo que está pasando es algo muy grave, muy muy grave. Sí para ti es un doble discurso, ni modo, déjalo así, escríbelo así si quieres, para mí va mucho más allá.
Alguna vez te hice una pregunta acerca de tu pasado y lo que recibí por respuesta fue un “No comentarios”. Si te pones de este lado y analizas el panorama, verás que por eso te lo estoy preguntando.
Sí. Claro, también tienes que entender que a veces las preguntas vienen no precisamente a buscar una respuesta, sino una provocación. Cuando veo una provocación, simplemente “no comments” (risas).
* Dos segundos antes de comenzar esta entrevista, uno de sus asistentes me dijo que no podía preguntarle a Saúl Hernández nada acerca de Caifanes. Y entonces, ¿no es eso cortar la Libertad de Prensa?
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